Serotonina: comprenda su papel esencial en el organismo - Synlab

Salud Intestinal, Bienestar y Más: El Papel Esencial de la Serotonina en el Organismo

Publicado por Synlab en 27 en marzo en 2025
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La serotonina, conocida popularmente como la “hormona de la felicidad“, es un neurotransmisor fundamental para el bienestar. Además de influir directamente en el estado de ánimo, esta sustancia también desempeña un papel esencial en la regulación del sueño, el apetito y las funciones cognitivas. 

 

Curiosamente, alrededor del 90% de la serotonina del organismo se produce en el intestino. Esto significa que la salud intestinal puede influir directamente en cómo nos sentimos diariamente. 

 

Mantener niveles adecuados de este neurotransmisor es esencial para prevenir condiciones como la depresión y la ansiedad. Las investigaciones indican que la deficiencia de serotonina puede estar asociada con alteraciones en el comportamiento y el estado de ánimo. 

 

Por lo tanto, comprender su funcionamiento y cómo influir en él puede ser un paso importante para alcanzar más equilibrio y calidad de vida. 

 

¿Quieres saber más sobre cómo la serotonina impacta tu cuerpo y tu mente? Sigue leyendo y descubre información valiosa sobre este neurotransmisor y su influencia en el día a día.

 

 

¿Qué es la serotonina? 

La serotonina (5-hidroxitriptamina, 5-HT) es un neurotransmisor y hormona derivada del aminoácido triptófano, ampliamente distribuida en el sistema nervioso central (SNC), el tracto gastrointestinal y el sistema cardiovascular. En el SNC, desempeña un papel esencial en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el apetito, la cognición y la respuesta al estrés (1, 2). 

 

Además de su función como neurotransmisor, la serotonina actúa como un importante mediador fisiológico en el tracto gastrointestinal, influyendo en la motilidad intestinal, la secreción de fluidos y la percepción sensorial. 

 

Aproximadamente el 90% de la serotonina del organismo se produce en el intestino, donde también participa en la comunicación entre el cerebro y el sistema digestivo a través del eje cerebro-intestino. Esta interacción destaca la serotonina como un elemento clave en la regulación de diversas funciones del organismo, más allá del sistema nervioso central (2, 3). 

 

¿Cuál es el papel de la serotonina en el organismo? 

La serotonina es un neurotransmisor esencial que regula diversas funciones tanto en el sistema nervioso central como en el tracto gastrointestinal. Aproximadamente el 95% de la serotonina del organismo está presente en el tracto gastrointestinal, siendo el 90% almacenada en las células enterocromafines (ECs), que liberan este mediador en respuesta a estímulos mecánicos o químicos (4-6). 

 

Las células enteroendocrinas especializadas llamadas células enterocromafines (EC) son las principales responsables de la producción de serotonina en el intestino. Estas células actúan como sensores del lumen intestinal y pueden responder a una variedad de nutrientes ingeridos, así como la microbiota intestinal y sus metabolitos asociados (7). 

 

Una vez liberada en el torrente sanguíneo, la serotonina es rápidamente captada por el transportador de serotonina (SERT) y almacenada en los gránulos densos de las plaquetas, donde puede ser liberada según sea necesario (8). 

 

A diferencia de su precursor, el triptófano, la serotonina no atraviesa la barrera hematoencefálica. Así, en el SNC, necesita ser sintetizada localmente en las neuronas serotoninérgicas (9). 

 

La actividad biológica de la serotonina ocurre a través de la interacción con diversos subtipos de receptores, clasificados de acuerdo con sus estructuras, mecanismos moleculares y perfiles farmacológicos. Estos receptores están ampliamente distribuidos por el TGI, donde desempeñan papeles fundamentales en la regulación de funciones sensoriales, motoras y secretoras (6). 

 

El aumento de la disponibilidad sináptica de serotonina en el sistema nervioso central está asociado con un estado de ánimo elevado y la reducción de la ansiedad (10). 

 

En el tracto digestivo, la serotonina liberada por las ECs modula la motilidad intestinal, la secreción de fluidos y la percepción del dolor visceral, actuando a través del sistema nervioso entérico (SNE) y del sistema nervioso autónomo. El SNE, localizado en los plexos mientérico y submucoso, puede operar de manera independiente del SNC debido a la presencia de las Neuronas Aferentes Primarias Intrínsecas (IPANs), que coordinan respuestas reflejas locales. La inervación extrínseca del intestino es mediada por los sistemas nerviosos parasimpático y simpático, integrando señales entre el eje cerebro-intestino (5). 

 

Podemos resumir las principales funciones de la serotonina en: 

  • En el sistema nervioso central: Regulación del estado de ánimo, del ciclo sueño-vigilia (promoviendo un sueño reparador), apetito, memoria y cognición.
  • En el sistema digestivo: Control de la motilidad intestinal, participación en la sensación de náusea y vómito, y ayuda en el mantenimiento de la temperatura corporal estable, esencial para una digestión saludable.
  • En el sistema cardiovascular: Actúa en la vasoconstricción y en el control de la presión arterial.
  • En el sistema plaquetario: Almacenada en plaquetas y liberada durante la coagulación, la serotonina facilita la cicatrización de heridas, contribuyendo a la hemostasia.

Además, la serotonina media numerosos procesos no neuronales, como la función de la vejiga, el impulso respiratorio, la hemostasia, el tono vascular, la función inmunológica y la inflamación intestinal (11-15). 

 

Salud Intestinal, Bienestar y Más: El Papel Esencial de la Serotonina en el Organismo

 

¿Qué puede influir en los niveles de serotonina en el organismo? 

La serotonina es un importante neurotransmisor, factor de crecimiento y hormona que media una serie de funciones fisiológicas (7). De esta forma, varios factores pueden afectar sus niveles en el cuerpo (7, 16): 

 

Dieta: La serotonina se sintetiza a partir del aminoácido triptófano, que se encuentra en alimentos como pavo, salmón, huevos, tofu y nueces. Consumir una dieta rica en triptófano puede aumentar la producción de serotonina. Además, la ingesta de carbohidratos ayuda en la absorción de triptófano por el cerebro, potenciando su conversión en serotonina. 

 

Ejercicio físico regular: Actividades aeróbicas, como correr, andar en bicicleta o nadar, pueden elevar la producción de serotonina en el cerebro, contribuyendo a mejorar el estado de ánimo y el bienestar general. 

 

Exposición a la luz solar: La exposición diaria a la luz solar, especialmente por la mañana, puede aumentar la síntesis de serotonina, regulando el estado de ánimo y los ritmos circadianos. 

 

Microbiota intestinal: Como aproximadamente el 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino, mantener una microbiota intestinal saludable es crucial. Una dieta rica en fibras, frutas, vegetales y probióticos puede promover la salud intestinal y, consecuentemente, influir en los niveles de serotonina. Lee aquí en el blog sobre la importancia del microbioma intestinal. 

 

Genética: Variantes genéticas en el gen transportador de serotonina (SLC6A4) pueden afectar la función y la regulación de este neurotransmisor, influyendo en la susceptibilidad a trastornos del estado de ánimo y otras condiciones. 

 

Estrés y calidad del sueño: Niveles elevados de estrés crónico y privación de sueño pueden reducir la producción de serotonina, afectando negativamente el estado de ánimo y la salud general. 

 

Síndrome carcinoide: La presencia de tumores carcinoides está relacionada con el aumento de los niveles de serotonina. 

 

Al adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio físico regular y prácticas de manejo del estrés, es posible promover la producción y el mantenimiento de niveles adecuados de serotonina en el organismo. 

 

¿Qué condiciones están asociadas con la serotonina? 

La serotonina está involucrada en diversas condiciones de salud, actuando tanto en el sistema nervioso central como en el sistema gastrointestinal y hepático. Alteraciones en sus niveles han sido asociadas con trastornos gastrointestinales, enfermedades neurológicas y psiquiátricas, además de condiciones hepáticas. 

 

En el tracto gastrointestinal, la serotonina desempeña un papel esencial en la regulación del dolor visceral, la secreción y la activación del reflejo peristáltico. De esta forma, su desregulación está directamente ligada a trastornos funcionales, como el Síndrome del Intestino Irritable (SII). 

 

Además, la microbiota intestinal influye en la expresión del transportador de serotonina (SERT), lo que puede contribuir a condiciones como el estreñimiento crónico y afectar la comunicación entre el intestino y el cerebro (17-19). 

 

En el sistema nervioso central, la serotonina está fuertemente relacionada con trastornos psiquiátricos, como ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo y fobias (17, 18). 

 

Estudios sugieren que la disbiosis intestinal también puede estar asociada con estas condiciones, ya que la microbiota intestinal puede modular la señalización serotoninérgica e influir en el desarrollo de trastornos como la depresión mayor y los trastornos de ansiedad (20-23). 

 

Además, la serotonina tiene un papel importante en el hígado, estando involucrada en la progresión de la fibrosis hepática y en la patogénesis de la esteatohepatitis. 

 

Evidencias indican que la serotonina puede actuar sinérgicamente con el Factor de Crecimiento Derivado de Plaquetas (PDGF), estimulando la proliferación de las células estrelladas hepáticas (HSC), lo que favorece procesos fibróticos en el hígado (8). 

 

Así, alteraciones en los niveles de serotonina, ya sea por disfunciones en el sistema nervioso central, por factores gastrointestinales o por la regulación de la microbiota intestinal, pueden contribuir al desarrollo y la progresión de diversas enfermedades, como el SII y trastornos psiquiátricos (24). 

 

Variantes en genes relacionados con la serotonina, como receptores de serotonina y transportadores de serotonina y triptófano, están asociados con mayor adiposidad y enfermedades metabólicas (25-26). 

 

Estas variantes influyen en el índice de masa corporal (IMC) (27), la circunferencia de la cintura (28, 29) y componentes del síndrome metabólico (29, 30). 

 

Además, niveles elevados de serotonina periférica se han observado en individuos obesos, afectando el equilibrio energético y el metabolismo de la glucosa (31). La disbiosis intestinal también puede aumentar la expresión del transportador de serotonina (SERT), contribuyendo a la obesidad y posiblemente al diabetes tipo 2 (32). 

 

¿Qué es y para qué sirve el examen de serotonina? 

El examen de serotonina es una prueba de laboratorio que evalúa los niveles de este neurotransmisor en la sangre o la orina. Se utiliza para ayudar en el diagnóstico de algunas condiciones de salud relacionadas con alteraciones en la producción o metabolización de la serotonina. 

 

¿Para quién está indicada la evaluación de la serotonina? 

El examen de serotonina puede ser solicitado en casos de sospecha de: 

  • Trastornos del estado de ánimo, como depresión y ansiedad;
  • Trastornos del sueño;
  • Enfermedad carcinoide (un tipo raro de tumor neuroendocrino que puede aumentar la producción de serotonina);
  • Trastornos gastrointestinales relacionados con la serotonina, como el síndrome del intestino irritable.

¿Cómo se realiza el examen de serotonina? 

El examen puede realizarse mediante la recolección de sangre o orina. En general, se recomienda evitar alimentos ricos en triptófano (como plátano, piña, nueces y chocolate) y ciertos medicamentos antes de la recolección, ya que pueden influir en los resultados. 

 

La serotonina desempeña un papel esencial en el bienestar y en la regulación de varias funciones del organismo. La evaluación de la serotonina puede ser una herramienta útil en el diagnóstico de condiciones clínicas que afectan su producción o metabolización. 

 

¿Qué exámenes ofrece SYNLAB para las intolerancias alimentarias? 

SYNLAB realiza la cuantificación de la serotonina en muestras de suero y orina, exámenes que pueden ayudar en la investigación de condiciones relacionadas con el metabolismo de este neurotransmisor. 

 

Instrucciones para la recolección de la muestra: Para evitar interferencias en los niveles de serotonina, se recomienda evitar, por lo menos 24 horas antes de la recolección, el consumo de ciruelas, frutos secos, chocolate, piña, plátano y mejillones, tanto en su forma natural como en productos que contengan estos ingredientes. 

 

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Referencias bibliográficas

1. Martin AM, Yabut JM, Choo JM. The gut microbiome regulates host glucose homeostasis via peripheral serotonin. Endocrinology. 2017,158:1049-1063.

 

2. Stasi C, Sadalla S, Milani S. The Relationship Between the Serotonin Metabolism, Gut-microbiota and the Gut-brain Axis. Current Drug Metabolism, 2019, 20, 646-655.

 

3. Lesurtel M, Soll C, Clavien Graf and PA. Role of serotonin in the hepato-gastroIntestinal tract: an old molecule for new perspectives. Cell. Mol. Life Sci. 65 (2008) 940 – 952.

 

4. Kim, D.Y.; Camilleri, M. Serotonin: A mediator of the brain-gut connection. Am. J. Gastroenterol., 2000, 95(10), 2698-2709.

 

5. Gershon, M.D. Serotonin and its implication for the management of irritable bowel syndrome. Rev. Gastroenterol. Disord., 2003,3(Suppl 2), S25-S34.

 

6. Stasi C, Bellini M, Bassotti G, Blandizzi C, Milani S. Serotonin receptors and their role in the pathophysiology and therapy of irritable bowel syndrome. Tech. Coloproctol.2014;18:613-21.

 

7. Jones LA, Sun EW, Martin AM, Keating DJ. The ever-changing roles of serotonin. Int J Biochem Cell Biol. 2020 Aug:125:105776.

 

8. Lesurtel, M.; Soll, C.; Humar, B.; Clavien, P.A. Serotonin: A double-edged sword for the liver? Surgeon. 2012;10(2):107-113.

 

9. Papadimas, G.K.; Tzirogiannis, K.N.; Mykoniatis, M.G.; Grypioti, A.D.; Manta, G.A.; Panoutsopoulos, G.I. The emerging role of serotonin in liver regeneration. Swiss Med. Wkly., 2012, 142,w13548.

 

10. Gershon MD, Tack J. The Serotonin Signaling System: From Basic Understanding To Drug Development for Functional GI Disorders. 2007;132(1):397-414.

 

11. Ramage AG. The role of central 5-hydroxytryptamine (5-HT, serotonin) receptors in the control of micturition. Br J Pharmacol. 2006;147(Suppl 2):S120–S131.

 

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15. Li Z, Chalazonitis A, Huang YY, Mann JJ, Margolis KG, Yang QM, Kim DO, Cote F, Mallet J, Gershon MD. Essential roles of enteric neuronal serotonin in gastrointestinal motility and the development/survival of enteric dopaminergic neurons. J Neurosci.2011;31(24):8998–9009.

 

16. Disponível em: https://www.verywellmind.com/how-to-increase-serotonin-8738613?utm_source=chatgpt.com#toc-understanding-serotonin

 

17. Crowell MD, Jones MP, Harris LA, Dineen TN, Schettler VA, Olden KW. Antidepressants in the treatment of irritable bowel syndrome and visceral pain syndromes. Curr. Opin. Investig. Drugs, 2004, 5(7), 736-742.

 

18. Bellini M, Gambaccini D, Bassotti G. Comorbidities in functional gastrointestinal diseases: Do we need a lone ranger or a dream team? Dig. Liver Dis., 2016, 48(5), 562-564.

 

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20. Kelly, J.R.; Clarke, G.; Cryan, J.F.; Dinan, T.G. Brain-gutmicrobiota axis: Challenges for translation in psychiatry. Ann. Epidemiol., 2016, 26(5), 366-372.

 

21. Pigrau, M.; Rodiño-Janeiro, B.K.; Casado-Bedmar, M.; Lobo, B.; Vicario, M.; Santos, J.; Alonso-Cotoner, C. The joint power of sex and stress to modulate brain-gut-microbiota axis and intestinal barrier homeostasis: Implications for irritable bowel syndrome. Neurogastroenterol. Motil., 2016, 28(4), 463-486.

 

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24. Stasi, C.; Rosselli, M.; Bellini, M.; Laffi, G.; Milani, S. Altered neuro-endocrine-immune pathways in the irritable bowel syndrome: The top-down and the bottom-up model. J. Gastroenterol., 2012, 47(11), 1177-1185.

 

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26. Walley AJ, Asher JE, Froguel P. The genetic contribution to non-syndromic human obesity. Nat Rev Genet. 2009;10(7):431–442.

 

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